
Ara cosa de un mes que ya os comenté que había pasado el día más maravilloso de mi vida con una de mis sobrinas que a la vez es mi ahijada. Creo que justamente de ella pocas oportunidades he tenido realmente de disfrutar de ella.
Cuando ella nació yo no me hablaba con su madre y ya llevábamos varios meses, fueron días muy duros. Me enteré de su nacimiento por la pareja que tenia por aquel entonces ya que trabajábamos juntas al igual que una de mis hermanas, fue por eso que se entero del nacimiento y me aviso.
Dude mucho que hacer, me preguntaba como debía actuar, porque por mucho que yo estuviera enfadada con la madre nada tenía que ver con la recién nacida, y más aun teniendo que ser yo su madrina.
La pelea venía de lejos y por lo mismo que la mayoría de la familia, como siempre metiéndose en mi vida personal o mejor dicho en mi vida sentimental, yo para entonces ya vivía independizada hacía ya tiempo y eso también fue un obstáculo para verla crecer. Al año más o menos me fui a vivir fuera de la ciudad y al par de años viví más lejos todavía. Así como veréis cada vez era más la distancia tanto física como emocional.
Mi infancia tampoco fue fácil, tampoco conocí realmente como se comportaban unos tíos, o unos primos, ya que también había distancia con ellos, una más físicamente y la otra más políticamente diría yo a estas alturas.
Bueno a lo que iba, total aunque nunca quise romper el lazo que nos unía a pesar de todo, tampoco la disfrute como me hubiera gustado, pero a día de hoy que veo que ya por su edad empieza a distinguir las cosas y a ser más independiente con sus emociones y no esta tan deslumbrada por la sombra de su madre, he podido acercarme día a día más a ella, hasta llegar el gran día.
Ese día decía que a partir de él, crearía el da Internacional T´´ia-Sobrina, que por lo menos un día seria sagrado para nosotras, para poder disfrutar una de la otra, porque sé que las dos nos podemos dar mucho. Y así fue. Pasamos todo el día juntas, primero desayunamos, luego fuimos de compras ya que la escusa es porque era su cumpleaños, luego comimos, descansamos un poco y luego la acompañe a sus clases de teatro.
Todo ese día nos transportó tanto a ella como a mí, pudimos hablar de muchas cosas, ella se pudo desahogar de cosas que le preocupan y no puede hacerlo con sus padres, sabe que conmigo solo intentare ayudarla en lo posible, escucharla que falta le hace y no juzgarla. No se estuve todo el día como en una nube. Me sentí feliz por conseguir algo que hacía tiempo que anhelaba y que quizás yo nunca tuve.
No quiero que ella tenga las mismas carencias que yo, pero a veces la vida se complica y como siempre son los niños los perjudicados de todo ello. Pero por eso quise explicarle ciertas cosas para que entendiera un poco mi vida hasta ahora, pero mi sorpresa fue que sus ojos se iluminaban y terminaba ella mis frases............Fue genial.
Nos quedamos con secretos compartidos, con risas, con ilusiones para el año que viene, con complicidades que aun sorprenden a los demás. Solo sé que a pesar de lo que nos ocurra a los mayores nunca más dejaré que ello la implique más a ella.