LLUVIA DE EMOCIONES

Una semana completa de emociones, con sprint final y todo. Creía que desfallecería en cualquier lugar, mi cuerpo podía aguantar pero mi cabeza ya estaba dando sus últimas notas, si no la dejaba unas horas en pausa.

Todos estos días era como si lloviera una lluvia fina de esas que en principio no te mojas, pero que sin darte cuenta, sin querer, sin poder evitarlo te va calando y te das cuenta que insiste, que no para, que avanzas y sigue con esa suavidad pero no resiste y sigue y sigue. Que es una lluvia que no puedes atrapar con las manos, que resbalan por ellas. Que pasan las horas y su fuerza va en aumento y ves sus gotas golpear en el suelo, y partirse en múltiples gotas que seguirán mojando y mojando sin tu darte cuenta.

Pero esa nube solo está sobre ti, nadie más la ve, solo quien vive tus emociones a tu lado, quien la alimenta junto a ti, para lograr ese paso para lograr un sueño. La mirada se me empaña, al pensar que solo los que leeís este blog podeís imaginar por lo que voy pasando, ya que nadie más me pregunta como estoy, que hago o como avanzo en la vida. Pero todo queda en eso en una mirada empañada pero ahora ya solo consiguen que mis sentimientos se conviertan en escarcha con una bocanada del aire que respiran.

Sé que todo el esfuerzo que he hecho esta semana no es para llenar un manantial, pero sí sé que eso caminos y charcos que dejo la lluvia me servirán para encauzar más mis objetivos.