ME GUSTARIA SER DE PLASTILINA

No habéis tenido nunca ganas de ser de plastilina, yo sí. Ha habido tantas ocasiones en mi vida que me hubiera gustado ser de esa fantástica masa. Creo que me lo hubiera pasado la mar de bien. Hay tantas circunstancias que con un solo gesto y zas, te conviertes en lo más ocurrente para la ocasión. No sé, me acuerdo cuando era niña y presenciaba una pelea y al principio cuando la cosa aun no estaba al rojo vivo me imaginaba yo convertida en martillo y dándole golpes a alguien en la cabeza, luego ya llegaba otros síntomas más desagradables que hoy no contaré. En otras ocasiones, miro a la gente y a veces como no entiendo lo que dicen, o porque no comparta su opinión o porque simplemente encuentro tan estúpido lo que dicen que me gustaría convertirme en algún personaje cómico para distraerme y distraer su atención y cambiar el tema sin por ello herir sus sentimientos. Hay personas que son tan poco expresivas que creo que cogería un poco de mi plastilina y les pondría formas en la cara para cambiársela, o en otras haría como calcomanías de que cara me ponen a mí y que cara le ponen a otras personas cercanas, para poder demostrar su hipocresía. Creo que la vida sería más fácil si todos tuviéramos esa masa en nuestros cuerpos, para poder sobrellevar situaciones, para cambiar nuestros cuerpos y transformarnos en el payaso de turno para tapar nuestros silencios, y así poder llevar una vida más liviana con nuestro alrededor.