LA ESCALERA

Desde el día que nací intento subir un peldaño de la escalera con la que todos nacemos. Los primeros años la subía con facilidad sin darme cuenta que existía, no me paraba a pensar en ella, ni siquiera intuía que podía algún día quebrarse o desparecer algún peldaño. Los años pasaban y ella iba quebrándose, haciéndose grietas. Sobre los dieciocho años, le tuve que dar una gran capa de pintura por que se le cayó toda de golpe, tuve que ponerle trozos de cementos en varios de los peldaños al menos los que yo veía hasta esos años recorridos, tuve que esforzarme mucho en poder rehabilitarla eso me mantuve distraida durante varios años. Pasados bastantes años seguí subiendo por ella, dando saltos a veces me pasaba algún peldaño que otro. A veces el recorrido se hacia mas estrecho y oscuro, los peldaños parecían mucho mas altos de lo habitual, y hasta diría que mas inclinados. Pero yo seguía y seguía subiendo. Alguna que otra vez me daba algún resbalon y me encontraba recorriendo otra vez el mismo recoveco pero volvía a levantarme y andaba de nuevo el camino ya recorrido. Hasta hoy, que he visto que por mucho que suba y suba siempre hay algo que me hace que vuelva a bajar. La escalera se ha quedado oscura, es mas estrecha y los peldaños muy altos; están todos los escalones gastados, a las paredes les falta una buena mano de pintura. Hasta hace pocos días me preguntaba como puede estar la escalera así, si aun no había pasado por aquí. Tendría que estar reluciente, impecable, esta sin estrenar, pero me he dado cuenta que no, que he retrocedido que por ahí he pasado miles de veces y que sigo sin abanzar. Por eso el desgaste, por eso la oscuridad........... Esa escalera es mi interior, mi mas intima amiga que en estos momentos luchamos una contra la otra.