martes, 10 de marzo de 2009

LA BURBUJA

Recuerdo cuando era niña y me regalaron un día paseando, ese simple bote donde lo rellenabas de agua y jabón de los platos y te pasabas toda la tarde soplando y surgían de el miles de burbujas de jabón, me fascinaba mirarlas hacia donde iban, lo grande que las podía hacer o la cantidad que saldrían. Me daba libertad, una libertad inocente pero tan importante al cabo de los años.

Ahora pienso que en algunos momentos me gustaría convertirme en una burbuja, saber que se siente. Poder transformarme en la que más me apetezca dependiendo del día que tenga. Quizás en agua con gas, quiero sentirme ligera, afable, suave i deslizante a la vez, o quizás tengo el día más inquieto y me gustaría más estar en un alma más inquieta como en una cerveza, ser más fresca, apetecible, mas sonriente, o cuando estás en otra circunstancia que se eleva todo allí seria mas fácil camuflarme en una burbuja de cava o de champan y ser tan correcta, saber estar en todo y tener este punto insultante, que seria incapaz de serlo en otros momentos. Quizás todos tendríamos que ir con una reserva de burbujas bajo el brazo. Quizás así la vida sería más llevadera, o posiblemente evitaríamos ver tanta falsedad a nuestro alrededor. Hay gente que no sabe estar al lado de las personas cuando las necesitan pero otras prometen estarlo y luego no están, para mí son las peores, están son las que se convierten en burbujas del mar, que se dejan llevar por el momento y luego no recuerdan lo que han dicho. Son como las olas que van y vienen, pero eso sí, si tú tienes una cerca debes estar siempre como una burbuja de cava. Y eso es una condena que algunos tenemos sin haberlo buscado.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Quina comparació més curiosa i encertada...
Penso que hi ha gent a la que hauriem d'agitar perquè després , a l'obrir-es, explosionéssin com una llauna després h'haver caigut a terra; i en canvi d'altres que s'haurien d'esbrevar, ja que tenen massa caràcter i això tampoc és bo.
Per mi la més correcte, tranquila i elegant de les bombolles, és sens dubte, la del cava.

Ana Frank dijo...

¡Ni hablar! Me encantaría burbujearme y echar vuelo. Esa leve levitación mágica que juega con los rayos del sol y forma colores tan penetrantes como divertidos. Eso sí.. ¡cuidado! siempre hay algún que otro aguafiestas con un pinche.
Lindos escritos, te voy a seguir :)

Ana F.

Anónimo dijo...

Què fantàstic el tema de les bombolles! No em deixes de sorprendre Anna. Sentir-me bombolla m´il.lusiona i em transporta: a un altre lloc, a un altre món...Un petó.

Andrés dijo...

Todas, absolutamente todas las burbujas terminan por estallar. Me alegro de haber conocido tu blog.